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domingo, 25 de noviembre de 2007

Críticas y Juicios






Últimamente me pasa que he estado NO pensando... simplemente hice cosas...
me dejé llevar por donde la corriente de los eventos quiso llevarme...
No llegué a conclusiones alumbrantes...
No he reflexionado casi sobre ningún problema...

Quizás tenga miedo de reflexionar sobre mis problemas...

Como cuando nos aburrimos... que en realidad no es que no tenemos nada que hacer... si no que todas las cosas que hay que hacer... en realidad son DEBERES (u obligaciones de vario tipo en su defecto)... y no queremos hacerlo...
Y lo que quisiéramos hacer no lo podemos hacer porque sabemos que antes hay que hacer lo que debemos hacer... entonces... nos quedamos sin hacer nada... y nos aburrimos.

Igual me pasa con los pensamientos.... probablemente haya cosas en las cuales tengo que pensar pero no tengo ganas de hacerlo... o quizás... me asusta pensar en eso...
Entonces me quedo sin pensar en nada y tratando de encontrar otras diversiones...

Al final no enfrentarse a los problemas pensar es más “fácil”... es por eso que la tele funciona tanto... (Preciso que no obstante todo suelo no ver tele)...
Pero estaba pensando... a pesar de que sea más fácil no pensar en nada... cuado lo hacemos en realidad es como que nuestra mente se aburre e inmediatamente trata de encontrar algo que hacer... algo que pensar: es que la mente necesita estar trabajando... y su trabajo es pensar... y lo hace hasta cuando estamos dormidos! entonces... y donde los problemas a afrontarse son demasiados complicados y para impedir que la mente se esfuerce a tratar de llegar a una solución... llega este invento tan eficaz: la Tele...
Ella
piensa por nosotros... ella nos pone frente a problemas fáciles sobre los cuales nuestra mente se tiene inútilmente ocupada... y si hay un problema complicado... la tele nos explica como son las cosas...
¿por qué pensar?...
pensar es aburrido...
pensar cansa...

Más fácil juzgar...

Es como que cuando juzgamos nos sentimos personas mejores... ¿no?

Siempre se juzga con ese toque de soberbia que nos pone un escalón mas arriba de quién estamos juzgando...
Y es esa la actitud típica de la persona “adulta” o, mejor dicho, “sabia”...
El adulto fuma y juzga... y eso lo hace ser adulto... porque el adulto tiene “principios”...
Por eso los niños creciendo... lo primero que empiezan a hacer para sentirse “grandes” (antes de fumar) es empezar a dictar sentencias... segregar lo “raro”... porque lo extraño no se busca comprenderlo... comprender es difícil... lo extraño se juzga!
“¡No está bien!” y ahí se acaba la cuestión...
En base a que no está bien?
No tiene importancia...
Lo que importa es que “yo no soy así” y por eso soy mejor... soy mas maduro... porque tengo principios y los uso para juzgar.

Hay que admitir que siempre... en juzgar, no hay nada mas que un profundo egoísmo y una indestructible necesidad de sentirse mejores a los de más (por ende inseguridad)...
Cada vez que decimos algo malo o nos reímos de alguien o lo ridiculizamos por algo... hay siempre esa frase que no decimos pero que está inaudiblemente incluida... que se oculta malignamente de tras de nuestras risas, entre cada palabra de nuestras sentencias... y esa frase es: “YO SOY MEJOR”

...Entonces... cuantos mas valores creemos de tener y representar... más “mejores” nos sentiremos...

“mira esa con el pelo fucsia! Parece un experimento de laboratorio salido mal” junto a ese inaudible pero igualmente perceptible: “yo soy mejor, nunca llevaría pelo fucsia”

“Mira ese tipo! Tiene pinta de drogadicto!” “por?” “se está fumando un porro!” “uuuh... no quiero drogadictos en mi barrio!” junto a ese inaudible pero igualmente perceptible: “nosotros somos mejores... no fumamos porros... y por eso nunca seremos drogadictos”
y por ahí uno de los dos sí fuma... pero para no estar bajo el nivel del compadre dice que no...
O quizás los dos fuman pero ninguno sabe que el otro fuma y se hacen “los sabios” juzgando...

Otra típica es: “Que asco los putos” junto a ese inaudible pero igualmente perceptible: “yo soy mejor!”
Parece que últimamente está mas de moda: “Que diabólico los maricones! No es natural ser maricones! Dios no nos ha hecho así” junto a ese inaudible pero igualmente perceptible: “Yo sí soy una criatura de Dios... Yo si soy natural... No soy maricón”... (que arrogancia....)

Y así se van creando esquemas por los cuales ser diferente te hace peor frente a la comunidad...
Y estos “esquemas” a menudo llevan algunos individuos a no ver otra salida que el suicidio...

En una grande ciudad es más fácil ser “no-normal”... porque se forman comunidades de ciertos tipos de “estilos”
y ser parte de una comunidad siempre te da una especia de apoyo...

Y en ese caso se forma un interesante mecanismo inverso donde son los de más los diferentes, los que no entienden... y entonces... al final... es lo mismo... pero al revés...
Pero queda constante ese inevitable “yo soy mejor”...

“que pena ese tipo que se viste de manera tan conforme” junto a ese inaudible pero igualmente perceptible: “yo soy mejor”


Y cuantas veces prestamos tan inútilmente atención a quien nos está juzgando...
Cuantas veces nos sentimos nada por culpa da quien se quiere sentir mejor!
Cuesta darse cuenta de que no somos nosotros el problema... Cuesta recuperar autoestima...
Porque... hay un motivo si se llama “sentido común”... Y es que está taaaaaaaan difundido!
Y por eso cuando haces algo que sale de ese esquema tienes que aguantar todos los que “bienpiensan” mientras te miran con ese aire de superioridad juzgándote para sentirse ellos mejores... ellos grandes.... ellos normales... a veces disfrazando sus criticas de consejos.

Quizás que pasaría si un día simplemente admitiéramos que somos diferentes entre nosotros y que, hasta que no afecte a la vida del prójimo, cada uno es libre de hacer lo que mejor crea para si mismo.


O sea: Si X quisiera ir en bolas caminando en la calle... que mierda nos debería importar!? Causaría daño a algo o a alguien?
No me parece..
El único en dañarse, quizás, sería él mismo; sobretodo si sale en esas condiciones en un día de invierno! :P

Pero si realmente lo hiciera (me refiero a éste mundo y en este momento histórico)? Que diría la gente?

“Es indecente!” eso diría...

X no resistiría 5 minutos antes de que alguien “indignado” no llame la policía o le salte encima para cubrirlo, o peor pegarle...


Es ese el punto! El “sentido común”... las “reglas”... y los esquemas...

Claro... el caso de X es un poco al límite y lo exageré bastante pero creo no haberme salido de la idea de lo que quiero decir...

El hecho de que no nos importa analizar si algo efectivamente nos daña o no... Pasamos a las sentencias...

Me parece comprensible que para los “grandes” sea difícil abrirse a nuevas formas de ser.
Imagínense: toda una vida construida sobre ciertos valores; horas perdidas para construir justificaciones a sus propias decisiones; justificaciones que los ayudaron a borrar ese arrepentimiento por no haber hecho ciertas elecciones que quizás los habrían llevado quién sabe donde!

Entonces piensen en que esas justificaciones a veces tienen al nombre de “valores”
Entonces esos “valores” vendrían a ser las motivaciones por las cuales ellos llegaron a compromisos con sus vidas.
¿Creen que dejarán caer tan fácilmente esos pilares sobre los cuales se sostiene su propia estabilidad?
Poner en discusión años de decisiones importantes solo para poder aceptar otra manera de enfrentar esos pocos añitos que tenemos de vida en el planeta?
¡Nooo!
Mas fácil decir que lo diferente está mal!
“Lo diferente está mal y nuestras decisiones fueron justas!” así no se pone en peligro su tan frágil equilibrio!
Es totalmente comprensible!
Sobretodo a una cierta edad cuando es tarde para poner en discusión tu propia vida... Pero, digo yo, ¿que tienen que ver los de más?
Porque, criticar es comprensible, pero de ahí muchas veces se llega a prohibir!

Por suerte hay unos valientes que, aun que viejos, siguen poniéndose en discusión y admiten sus errores y te aconsejan en base a los que hicieron ellos o los que hicieron sus amigos.
Pero esos adultos son también los que, de repente, te dicen: “pero al final has lo que te parezca mejor”

Al contrario, la mayoría de los “grandes” se agarra hasta que puede a esas justificaciones y repudia todo lo que está en desacuerdo con las mismas. Por eso critican tanto y juzgan tanto: yo pienso que lo hacen para seguir convenciéndose de que eligieron bien, de que actuaron bien, de que no había alternativas serias esa vez que eligieron hacer algo que no querían hacer.
Y es ahí que involuntariamente, otra vez, involucran gente que no tiene nada que ver con eso: sus hijos! Quizás sin querer, los crecen como pequeñas maquinas de juzgo.
Porque para el niño juzgar es algo de grandes... y a los niños les encanta “ser grandes”
Los grandes que fuman y que juzgan...
Ellos son un ejemplo constante!
Y así hay gente que se pasa la adolescencia jugando a ser grande, juzgando lo diferente porque los padres les trasmitieron miedo hacia lo diferente, como si fuera algo peligroso. (Y de hecho para ellos, los grandes, como dije, es efectivamente un peligro)

Pero el sentimiento de miedo hacia lo diferente, en los hijos, se convierte, con el tiempo, en terror...
Y entre terror y odio, el paso es corto.

Nace la xenofobia... Nace el racismo

Es el triunfo de las religiones...
El triunfo del pensar común...
El triunfo del miedo masivo


Es el triunfo de la tele!

Gente que se pasa oras delante de las telenovelas... ¿para qué?
Para qué sería si no es para poder hablar con las amigas de lo que ocurrió e ir hablando y sentenciando sobre las actitudes de los personajes?
Y volvemos al principio, al no tratar de encontrar soluciones, al no esforzarse para entender: donde se puede juzgar no hay que pensar.
Nace el reality! JAJA! Aun mejor que poder juzgar personajes inventados queda solo una cosa: poder ver al vecino en la tele y hablar mal de él!

Que lindo! “Mira lo que hizo!” “mira como se comporta!”

“Somos mejores!”

Y mientras el tiempo corre la sociedad nos da siempre menos tiempo para podernos parar a pensar: Siempre hay algo más importante para hacer.
Y hay veces que llegamos tan cansados que ni en la cama hay tiempo para pensar porque el sueño nos vence... Y hay que tener energías para otro día de productividad!

Y solo nos queda que admitir que así son las cosas

Que no se puede cambiar nada

Que hay que pensar en estudiar...

Estudiar para poder encontrar un buen trabajo y poder, finalmente, insertarnos en la grande maquina y ser una pieza más...
y poder tener una vida tranquila y “normal”: hijos “normales”, familia “normal”... y, quizás, con el tiempo, lograr ahorrar plata para podernos hacer algún viaje

para ir a ver esos lugares...

donde la sociedad es diferente

y donde, inexplicablemente,

la gente vive “anormalmente”

sin problemas






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Para que no lo diga alguien más lo digo yo:

Yo mismo en todo esto no paré un solo instante de juzgar... con esa misma carga de ego que hace quien sea que juzgue... y los pocos que se reconocerán en esto harán hecho lo mismo... y los que no se reconocerán igual juzgarán... es inevitable...
Porque al fin no somos que el resultado, entre otras cosas, de todo lo que no queremos ser...
Y lo que no somos... lo juzgamos... para justificarnos lo que somos :P

Sin embargo quisiera diferenciar un juzgamiento que construye de uno hecho solo y simplemente para destruir (como muchas veces se hace): el segundo no encuentra otro fundamento que no sea el: “Así debe ser, es y siempre será”... y es el que raramente me escucharan pronunciar.

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