“Disculpe señor cometa
¿sabe usted decirme quien,
para mal o para bien,
es el dueño del planeta”
-Preguntó la luna inquieta-
que me gira alrededor?”
Y el sol dijo con ardor:
“su planteo no me cierra
quien da vueltas a la tierra
¿no es usted con su candor?”
“La respuesta es evidente:
Del mundo es gobernador
Quien en fuerza es superior”
Dijo Marte de repente
“Hay que ser inteligentes
para mandar en el mundo
ya que si de ideas abundo
puedo más que mil forzudos”
Corrigió con tono agudo
el cometa vagabundo
“¡Reflexionen si es posible
antes de dar opiniones
y plantear sus conclusiones!
¡Lo que dicen no es creíble!”
Dijo lejos e inaudible
el enano marginado
“Cuenta ya se habrían dado
que los dueños verdaderos
son los ricos y el dinero
si lo hubiesen razonado”
“¡Ni la fuerza, ni el saber!
De manejar el destino
del mundo y sus inquilinos
nada de eso da el poder.
Ni el dinero, al parecer”
Dijo Venus anecdótica
“Con una ilusión utópica
Puedo conseguir los tres
Que no pueden, al revés,
Crear ni una idea exótica
Justamente es la utopía
el motor del ser humano
ese hermoso sueño vano
en que el cree con porfía
y te digo, Luna mía,
que no hay hombres superiores
a esos cuantos soñadores
que tiñendo en tu blancura
sus pinceles de locura
son del mundo los pintores”
“¡Que esté plena o luzca cuna
Sueña el mundo visionario
con mi rostro milenario!”
Sentenció entonces la luna
“Ya no cabe duda alguna:
¡Él mirándome se inspira!
Y el que mira es el que gira
y es por eso que yo encuentro
que estoy yo firme en el centro
mientras él, fugaz, me admira”
Leo
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