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Si lees algo y lo vas a leer hasta el final y/o si te sirvió de algo una vez leído lo que escribí, o transcribí, o traduje (para bien o para mal)
sería muy bueno si dejaras tu huella entre los comentarios... aun que sea nada más que tu nombre, tu país de origen y/o posiblemente una página que tengas (ya sea blog, flickr, fotolog etc..). Todo lo de más (como opiniones, especificación de "para que me sirvió esto" y de más detalles que creas relevantes) será bienvenido, pero con lo antedicho yo ya me conformo. Muchas Gracias! (:
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domingo, 4 de noviembre de 2007

Economía de monedas










Como todos los habitantes de la Gran Multiétnica NeuroCápital Federal Argentina sabrán (me refiero sobretodo a aquellos que como yo no disponen de un medio propio para poderse desplazar con libertad a lo largo de dicha Ciudad y sus alrededores) conseguir monedas para poder viajar en colectivo es un asunto de vital importancia.

Para los de afuera, que por ahí no conocen las costumbres porteñas, digo simplemente que, sin monedas, no te puedes subir al colectivo (o micro, o bus, o bondi o como quieran llamarlo) ya que es ahí que, gracias a una maquinita, se efectúa el pago... Esto no sería un gran problema si hubiese lugares en donde cambiar fácilmente la plata. Claramente no es así... como generalmente andan todos neurotizados con el asunto monetario (empleo esta palabra en su significado más estricto) encontrar algún kiosco u otro puesto de venta dispuesto a cambiarte algún billete simplemente así, “de onda”, es casi como tratar de encontrar algún cura en una marcha de orgullo Gay. Hay veces que ni siquiera comprándote alguna huevada están dispuestos a cambiarte plata: prefieren darte el vuelto en caramelitos... Pero el tema es que, aun que estuviesen dispuestos a darte un vuelto como la gente, se volvería seriamente oneroso viajar si a cada viaje, por descuido, uno tuviese que comprarse alguna tontería en un kiosco... sobretodo si esto ocurre en ciertos lugares a las 2 o 3 de la madrugada cuando, más que un problema financiero, esto pasa a ser un problema logístico, es decir: “¿en donde mierda encuentro un kiosco abierto acá y ahora?”. Por suerte este último es uno de los problemas menos frecuentes pero no por eso debe ser tenido en menor consideración ya que, al presentarse, hay situaciones en las que uno se arrepiente de no haber sido precavido.
Así que pasemos al tema central y empecemos con formularnos esas preguntas que, habiéndomelas hechas en un principio, me llevaron al descubrimiento de algunas reglas fundamentales. La primera pregunta fue: ¿Como hago para tener monedas para viajar en cualquier momento? Es muy simple comprender que el primer paso consiste en guardar todas las moneditas que nos van pasando en los vueltos.
La realidad nos muestra como esto no sea suficiente... ya que es fácil caer en la tentación de darle monedas a quien sea el cajero que nos mire con ojitos tiernos implorando por un poco de cambio... y por ende es fácil quedarse sin monedas no tanto por descuido si no que por simple e ingenua bondad...
Lo primero que hay aprender es que, en Buenos Aires, la conquista de plata en moneda es una guerra que se combate día tras día sin treguas; solo así podremos entender el por que del siguiente paso a seguir: cuidar celosa y agresivamente hasta el último centavo que llegue a caer en nuestros bolsillos.
Otra vez la experiencia cotidiana nos evidencia que esto no basta... las monedas que se pueden recolectar de los vueltos muchas veces no llegan a cubrir todas las necesidades de un joven universitario (o de cualquiera que por alguna razón se mueva con frecuencia)... sobretodo un sábado por la noche o algún día de trámites.
¿Y como hago – uno se pregunta entonces - para tener suficientes monedas como para asegurarme más idas y vueltas sin necesidad de gastar plata en tonterías de kiosco?

Es acá en donde se hace necesaria una “Economía de Monedas”.

La EdM se fundamenta en 3 puntos claves para el cuidado y protección de su bien más precioso, el efectivo metálico:

1º * A la típica y aparentemente inocente pregunta: “¿Tenés cambio?”, con la expresión más caracúlica e ingenua que puedas lograr contestá: “emh... dejame controlar..” (sí, posiblemente actúa como si estuvieses buscando en los bolsillos) y después de una breve ‘busqueda’ contestá: “eeeh... no”. **
Posiblemente ese no hay que decirlo como si sintiéramos el hecho de ‘no tener monedas’ y, es evidente, no tiene alguna importancia si tenías o no cambio en ese momento. La respuesta siempre tendrá que ser descarada e inamovible aunque el tipo te mire con esos ojos de: “se muy bien que tenes y no me querés dar”. En esos momentos acuérdense que él, en momentos de necesidad, no les hubiera dado. Además las ventajas de esta actitud a veces llevan al conseguimiento de “generosos” descuentos.***
(En realidad la firmeza del “no tengo” va más por el lado de no perder credibilidad. Al mismo fin es necesario, una vez cada tanto, sacrificarse y pagar con monedas)

2º Esta es una regla un poco más difícil de memorizar pero es muy efectiva y es FUNDAMENTAL:
si debo pagar una suma X,Y en donde X representa el numero antes de la coma y Y el numero después, si Y es diferente a 0, siempre que X sea PAR hay que pagar con el numero PAR más cercano (Ej. $2,5 se pagará con $4) mientras que si X es IMPAR, se pagará con el numero IMPAR más cercano ( Ej. $5,2 se pagará con $7); de esta manera el vuelto en monedas será maximizado. La regla se invierte si Y es igual a 0 o sea que, si debo pagar $3 pagaré con $4.

Corolarios del punto 2:
1er Corolario: Siempre hay que tratar de ir con billetes de 5 o de 2 preparados para poder ser sacadas (a según de la ocasión) como si no tuvieras otra alternativa.
2do Corolario: Si se toma el subte con frecuencia no se puede no usar la subte card (es un gran ahorro de tiempo en colas)... pero, al ver que no hay cola para pagar, es preferible sacar pasaje con 2 pesos/papel o, aun mejor, sacar ida y vuelta con 5 pesos/papel.

3º Aprende a establecer con tus amigos más cercanos (y no) la siguiente regla: “Lo que se presta en monedas se devuelve en monedas”. Esto vale para esas sumas que superen el limite (que cada uno establece) que separa el pasar de onda algunas monedas a un amigo del prestarle parte de mis ahorros a un idiota**** que no tiene monedas por ser descuidado.





Si serán cuidadosos y seguirán lo más posible estas simples normas de conducta en la selva urbana, nunca les va a faltar moneda para viajar y, van a ver, podrán permitirse empezar a ahorrar tanto que hasta podrán comprarse un celular con monedas de un peso. :P




NOTAS:

*Este primer punto en general se aplica en lugares desconocidos o en aquellos lugares en donde ya es noto que la mala onda reina soberana. Pero se puede extender a lugares amigos en varias de sus variantes y en casos de estricta necesidad.

**La respuesta se puede dar también seca y directa sin siquiera mostrar la más mínima intención de buscar.... Eso va por cada uno y a según de la relación que se tenga con el lugar en donde estamos actuando.

***En mi caso la mayoría d las veces que me hacen descuento termino con volver al día siguiente a pagar la diferencia...

****Dicho y pensado con cariño en el caso de amigos y dicho con profundo rencor con relación a los desconocidos o menos-amigos.



Saludos!

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